IMPORTANCIA DEL SEGURO DE CREDITO EN TIEMPOS DE CRISIS
15/12/2012
La generalización de los seguros hoy nos parece un hecho normal y cotidiano. Esa extensión a todos los ámbitos de la vida de los mismos se debe, principalmente, a la apremiante necesidad que subvienen, erigiéndose en uno de los principales favorecedores (junto a otras actividades como la bancaria) de la implantación, normalización y desarrollo de la actividad económica y comercial en una nación.
La Mutua más antigua que se conoce era la de los burreros palestinenses. La pérdida de su herramienta de trabajo, el burro, para algunos de ellos, implicaba comúnmente la ruina. Desprovistos de su medio de subsistencia se encontraban abocados a la quiebra. Ante estos altos riesgos asumidos, ¿quién se emplearÃa en el transporte de mercancÃas? Por esta razón convinieron lo siguiente:
“A aquel de nosotros que habrá perdido su burro a causa de los ladrones o de las fieras, le procuraremos otro burro.â€1
Es evidente que ese pacto ayudó a normalizar y fomentar el transporte de mercaderÃas en Palestina.
Otro ejemplo revelador nos lo ofrece el comercio marÃtimo de las ciudades italianas del medioevo. A causa de la necesidad apremiante de acotar los riesgos adherentes a un medio tan voluble y cambiante como la mar, proliferaron los seguros marÃtimos en la Edad Media, fundamentalmente en las ciudades Italianas2. Este aseguramiento aprovechó, igualmente, en beneficio de la proliferación del suministro por mar y del comercio a un tiempo.
Como vemos este mecanismo de protección del comerciante ante las contingencias presta un determinante impulso a la inversión en una economÃa.
En este contexto de soporte, amparo y fomento del comercio, se incardinan los seguros de crédito y caución, tratando uno de los mayores riesgos presentes en la actividad empresarial3, la insolvencia de los deudores.
2. El seguro de crédito apoyo destacado de la economÃa favoreciendo el crédito.Primeramente, y para entrar en el papel que el seguro de crédito desempeña en la economÃa, hemos de definir aquello que favorece, esto es, “el créditoâ€.
En puridad el crédito se da en una operación, en un sentido genérico, “cuando entre la prestación y la contraprestación media un intervalo de tiempo: el acreedor efectúa, de inmediato, su prestación (entrega de un bien, realización de un servicio, etc.), pero el deudor solo realizará la prestación posteriormenteâ€4.
El crédito (credere, lat = confiar), aquÃ, vuelve a retomar su prÃstino sentido de “confianza y opinión que goza una persona de que cumplirá puntualmente los compromisos que contraigaâ€6.
A este respecto, nos encontramos dos caras del crédito que son fundamentales para el ciclo económico.
A. El crédito entre los comerciantes entendido como aplazamiento de las deudas.
La falta de seguridad jurÃdica es uno de los mayores óbices y obstáculos para el crecimiento de un sistema económico de una nación.
Debido a esta falta de seguridad, en las transacciones, no amparadas por un ordenamiento legal eficiente, primero, se recela mucho antes de cerrar un negocio y, por otro lado, no se asume mucho riesgo ni se comercia comúnmente a crédito, lo que dificulta e imposibilita muchas relaciones comerciales. El entendimiento entre oferta y demanda choca con un gran obstáculo. De ahà que la confianza o crédito sea esencial para la economÃa.
V.gr. Cuando una fábrica no tiene lÃquido, si no hay confianza, no puede comprar materias primas ni producir hasta tener dinero de caja o, en el caso de un distribuidor, no compra ni comercia, hasta no tener fondos para obtener la mercaderÃa, ya que no les otorgan crédito sus proveedores aplazando las deudas.
Todo ello hace que se pierda dinamismo y celeridad en el flujo económico. La contratación se minora y, con ella, se reduce lo que produce un paÃs, en bienes y servicios (PIB), por las menores compras y ventas.
Por eso ha dicho un autor respecto del crédito o confianza:
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